Boston Red Sox

Dustin Pedroia anuncia su retiro del beisbol

Dustin Pedroia, el diminuto segunda base que desafió las expectativas y fue la bujía para que los Medias Rojas de Boston conquistasen dos campeonatos de la Serie Mundial con su garra, anunció el lunes su retiro.

Pedroia también fue fundamental en una tercera consagración, haciéndolo con sus arengas después de que una lesión en la rodilla prácticamente le puso fin a su carrera.

Pedroia, de 37 años, fue laureado como Novato del Año de la Liga Americana en 2007 y el Jugador Más Valioso en su segunda temporada. Pero apenas pudo disputar nueve juegos desde que una temeraria barrida, con los spikes elevados, del entonces torpedero de los Orioles Manny Machado, le lesionó la rodilla en 2017.

Era el jugador más veterano en el roster de los Medias Rojas y el último eslabón con el equipo que se proclamó campeón en 2007.

«Nunca di por perdida una jugada, desde las Pequeñas Ligas», dijo Pedroia en una videoconferencia el lunes en la que reconoció que un retorno era imposible, pese a seis cirugías, incluyendo una reconstructiva de la rodilla en diciembre. «Llega un momento en que no se puede jugar más. Y este es el momento».

Cuatro veces All-Star y una carrera profesional de 17 temporadas de principio a fin con la organización de los Medias Rojas, Pedroia jugó en dos Series Mundiales y recibió un tercer anillo de campeón en 2018, estando lesionado. Se despide con un promedio de bateo de .299, 140 jonrones y 725 carreras impulsadas.

Pedroia, de 37 años, es el único pelotero que ganó galardones de Novato del Año, Guante de Oro y Jugador Más Valioso, más el campeonato de la Serie Mundial, en sus primeras dos campañas completas. Apenas otros nueve jugadores han acumulado esos logros, pero empleando todo el curso de sus trayectorias en las mayores.

«Fue el pelotero devoto al equipo por excelencia», dijo Terry Francona, el actual mánager de Cleveland y piloto de Pedroia en Boston durante seis campañas. «Siempre parecía reservar sus mejores jugadas para el momento más importante del juego. Daba la impresión que decidía cargarnos a la victoria. Era imposible no pasar un rato con él sin tomarle cariño. Tenía ese tipo de personalidad».

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