Grandes Ligas

Adiós al Novato del Año, el impacto de la lesión de Fernando Tatis Jr. para los Padres y el béisbol

Más allá de los impresionantes números que estaba poniendo a la ofensiva y sus lances increíbles a la defensiva en el cuadro, la lesión de Fernando Tatis Jr. tiene un impacto mayor de lo que las estadísticas pueden probar con los Padres de San Diego y el beisbol en general.

Desafortunadamente, pareciera que las lesiones son lo único que puede detenerlo. Su temporada probablemente haya llegado a su fin luego de una fractura en la parte inferior de la espalda. También se perdió más de un mes entre finales de abril y principios de junio por culpa de un tirón en la corva izquierda.

Los Padres esperan que éstos sean sólo obstáculos temporales para el joven de 20 años dentro de lo que se visualiza como una larga y productiva carrera.

En el plato, el promedio de bateo de .317 que exhibe Tatis lo tenía con posibilidades de convertirse en el campeón de bateo más joven en la historia de las Grandes Ligas. En el campo corto, es un acróbata que deja boquiabiertos a los fanáticos con altos saltos y tiros que pueden tocar las 95 millas por hora.

En las bases, corre sin miedo alguno pero sin llegar a ser irresponsable.

«Cuando está en el terreno, yo literalmente no le puedo quitar la vista, porque me podría perder algo», dijo Jesse Agler, narrador radial de los Padres. «Es difícil seguirle los pasos»

Herramientas las tiene todas, pero lo más sorpresivo de Tatis esta temporada ha sido su aplomo y su capacidad de convertirse en el más destacado contribuidor ofensivo dentro de un lineup que cuenta con Manny Machado, Eric Hosmer y Hunter Renfroe, entre otros.

Dentro de los Padres apuntan también que Tatis rara vez se deja sobrepasar por el momento, algo respaldado por los números: Batea .360/.386/.580 en 50 turnos en situaciones de apremio, comparado con 310/.378/.592 en situaciones de mediano o poco apremio.

«Algunas cosas han pasado más rápido de lo que anticipábamos», confesó Andy Green, manager de los Padres. «Su habilidad para olvidarse de un mal turno o un mal momento y responder después favorablemente no es algo que ves típicamente en un muchacho de 20 años.

Usualmente, queda una especie de resaca después de un error, pero el béisbol al fin y al cabo es un juego de errores, así que la forma en la que manejas esos pecados y la forma en la que respondes a ellos típicamente determina qué tan lejos puedes llegar. Y él puede llegar muy lejos».
Aplomo no es algo que se pueda enseñar fácilmente. Pero fue en ese particular que Tatis se distinguió del resto de los jugadores que compartieron con él en las menores. Puede que tenga apenas 20 años, pero su crianza – su padre jugó 11 años en las Grandes Ligas—le dio una clara ventaja para impulsar su desarrollo.
«No estoy sorprendido», dijo Tatis sobre su éxito tan rápido. «He estado trabajando los 20 años de mi vida para esto. Estoy tratando de disfrutar y pasarla bien jugando aquí y dar lo mejor de mí cada día».

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