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Rosario puso el poder del bate, pero Mellizos pierden y quedan eliminados

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Houston (EE.UU.), 4 oct (EFE).- El guardabosques puertorriqueño Eddie Rosario fue el mejor tolete en el primer juego de fase final de las Grandes Liga al pegar batazo de cuatro esquinas.

Rosario mandó la pelota a la calle, pero su esfuerzo fue insuficiente porque los Mellizos de Minnesota perdieron 4-8 ante los Yanquis d Nueva York en el juego de comodines de la Liga Americana.

El jardinero boricua castigó los envíos del abridor dominicano Luis Severino con toletazo de vuelta entera en la primera entrada.

Rosario, que pegó 1 de 3, con dos remolcadas y anotada, mandó la pelota al otro lado de la barda cuando había un corredor en el camino, pero su novena quedó eliminada de la fase final.

Su compañero de equipo el parador en corto dominicano Jorge Polanco, también pegó imparable en cuatro turnos al bate con dos carreras anotadas.

El antesalista venezolano Eduardo Escobar, que viajó cuatro veces a la caja de bateo, conectó en dos ocasiones.

En el montículo de los Mellizos, abrió el dominicano Ervin Santana, que salió sin decisión luego de estar dos episodios, aceptar tres imparables, dos jonrones y cuatro carreras, sin producción.

Pero la aportación latina no impidió otra derrota más de los Mellizos después que Brian Dozier dio vuelta por la antesala y arengó a sus compañeros. «¡Vamos!», les gritó, en un momento en que parecía que los Mellizos podrían eliminar finalmente a los Yanquis en la fase final.

Pero faltaba el turno de Nueva York con el bate en ese primer episodio.

Santana dilapidó una ventaja de tres carreras durante esa entrada enloquecida, y los Yanquis no perdonaron. Minnesota empató un récord, al sufrir el martes su decimotercera consecutiva en los playoffs.

Los Mellizos igualaron la marca indeseable establecida por los Medias Rojas de Boston, de 1986 al 95, con la peor racha en postemporada. Y 10 de esas derrotas de Minnesota han llegado a manos de los Yanquis.

Nueva York eliminó a los Mellizos de cuatro series divisionales, entre 2003 y 10, truncando los sueños de Serie Mundial de un grupo de peloteros surgidos desde el seno de la organización.

De vuelta en los playoffs con otro grupo hecho en casa, los Mellizos terminaron con una escena que se ha vuelto demasiado familiar para sus fanáticos: la celebración de los Yankees al compás de la canción «New York, New York» que interpretaba Frank Sinatra.

«Probablemente he escuchado a Frank con esa canción demasiadas veces, y no podemos romper con esto», adelantó hace un par de semanas, Paul Molitor, piloto de los Mellizos y originario de Minnesota.

La premonición de Molitor se cumplió por completo al escuchar la misma canción y sufrir de nuevo otra derrota.

En plena reconstrucción, al dar paso a jóvenes talentos, los Mellizos hicieron historia este año. Perdieron más de 100 partidos en 2016 y se clasificaron a los playoffs, algo inédito en la competición de las mayores.

«Te sientes mal por esta derrota, pero yo sé que el año próximo será diferente», destacó el tercera base dominicano Miguel Sanó, quien fue descartado para el juego debido a la lesión que sufre en la espinilla izquierdo que le costó 38 partidos en la recta final de la campaña regular. «No se esperaba mucho de nosotros. Veníamos de perder 103 juegos y llegamos muy lejos».

Al principio, dio la impresión que iban a estirar su participación en octubre y dejar atrás sus amarguras contra los Yanquis.

Dozier conectó el primer cuadrangular abriendo un juego para Minnesota en la postemporada, y Rosario conectó un bambinazo de dos carreras, tres bateadores después.

El sencillo de Escobar y un doble de Max Kepler acabó la noche del as de los Yanquis, el dominicano Luis Severino tras sacar un solo out, lo que fue la salida más corta de un abridor de los Bombarderos del Bronx en la postemporada.

Pero Santana se derrumbó en la parte baja del episodio. El derecho de 34 años fue exigido al máximo en la cuenta ante cinco de los primeros siete bateadores y Nueva York borró el déficit gracias a un jonrón de tres carreras del campo corto holandés Didi Gregorius.

«Siento que me afectó la duración del primer episodio. Traté de mantenerme en calor, pedaleando en la bicicleta, pero no funcionó», señaló Santana. «Y ellos son un equipo muy paciente».

Mientras que en la batería de los Yanquis no hubo toletes latinoamericanos, pero en el montículo estuvo Severino, que lanzó un dos tercios de entrada, con castigo de cuatro imparables, dos jonrones y tres carreras.

El cerrador cubano Aroldis Chapman trabajó un episodio, permitió imparable y ponchó a tres enemigos, pero no consiguió rescate.

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