Estados Unidos

El deporte profesional estadounidense, encabezado por el béisbol, unido a Houston

Houston (EE.UU.), 28 ago (EFE).- Una vez más de Houston le ha tocado enfrentarse a un tragedia generada por fenómeno meteorológico como ha sido el huracán Harvey y de nuevo todo el deporte profesional estadounidense, encabezado por el del béisbol profesional, se ha unido en favor de la cuarta ciudad más grande del país.

Mientras la solidaridad entre todos los residentes de la ciudad es excepcional y ejemplar, ofreciendo cada cosa que poseen para ayudar a los más necesitados, y las autoridades trabajan las 24 horas en una excepcional coordinación.

Esto es lo que una gran ciudad hace en momentos difíciles y de tragedia y Houston siempre se ha sentido orgullosa de su diversidad, su corazón y su fuerza, cualidades que han sido puestas a prueba muchas veces por el agua y el viento, por lo que esta vez, aunque las inundaciones son las nunca vivido, tampoco será una excepción para que sus habitantes surjan más reforzados de la adversidad.

«Es algo catastrófico, sin precedentes, épico. Cualquier adjetivo que quieran ponerle», declaró Patrick Blood, un meteorólogo del Servicio Nacional. «La situación en estos momentos es horrible».

Pero todavía no ha llegado la peor parte, la de conocer con exactitud la magnitud de los daños, algo que no se podrá conocer hasta finales de semana cuando se espera que ya no haya más lluvia y el nivel de las aguas baje de todas las áreas inundadas.

El alcalde de Houston, Sylvester Turner, ya adelantó que esa será otra labor que habrá que hacer en su momento, pero ahora la prioridad es rescatar a todas las personas que lo necesitan y darle seguridad a las miles de personas que han tenido que ser evacuadas.

Pero fue también el primero en apoyar que todo lo que sea mantener la actividad en las áreas que se pueda se mantenga al máximo para que cuanto antes se vuelva a la normalidad.

Ya cuentan para ello con todo el apoyo del deporte profesional desde el dueño de los Rockets de Houston, Leslie Alexander, que ha donado cuatro millones de dólares para ayuda de los damnificados y el defensor J.J.Watt de los Texans de Houston, que tiene un fondo con más de un millón de dólares recaudados, incluidos los 50.000 del nuevo base Chris Paul.

Además los Texans, que van a disputar el próximo partido de pretemporada frente a los Cowboys de Dallas, que en principio se iba a jugar el jueves, en NRG Stadium de Houston, y ahora les tocará hacerlo en Arlington (Texas), quieren que todo los recaudado sea para los damnificados por las inundaciones.

Mientras el equipo de los Astros de Houston jugará mañana, martes, su serie contra los Vigilantes de Texas, que estaba prevista en Houston, en el Tropicana Field de St. Petersburg, Florida.

Históricamente, el deporte del béisbol ha servido como un pequeño escape en tiempos como éstos. El Presidente Franklin D. Roosevelt recomendó que la temporada de béisbol continuase aun cuando Estados Unidos estaba peleando en la Segunda Guerra Mundial.

La pelota también le dio un respiro al país en los días posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre.

En algún momento, el béisbol hará eso mismo por el estado de Texas. Sin embargo, primero las lluvias deben parar y los trabajos de recuperación iniciarse. En medio de estas espantosas inundaciones en el área de Houston, fuertes lluvias siguen golpeando la zona.

«En este momento, estamos enfocados en la seguridad de nuestros fanáticos, nuestros jugadores y sus familias, el personal de la oficina del equipo y sus familiares», declaró el presidente de los Astros, Reid Ryan. «Nuestros pensamientos y oraciones están con todos aquellos que se encuentran lidiando con los efectos de esta terrible tormenta. Queremos que todo el mundo se ponga a salvo».

A más de 2.000 kilómetros de distancia, su equipo expresó el mismo sentir.

«Hablar de juegos con gente en las calles al lado del Minute Maid Park perdiendo sus automóviles, sus vidas, con sus casas en juego, suena demasiado superficial», señaló Ryan.

Lo que si se ha dado a través de toda la familia del béisbol de las Grandes Ligas ha sido pensar y ofrecer su ayuda a los amigos, seres queridos y propiedades de los jugadores que forman el equipo de Houston.

«Todo el mundo está bien», dijo el abridor de los Piratas, Jameson Taillon, quien se crio en Houston. «Mi hermana me mandó varias fotos. Da miedo. Cuando estaba a punto de golpear, recuerdo que pensé que no me preocupaba el huracán, sino las inundaciones y las lluvias, como así ha sucedido».

Para el piloto de los Vigilantes, Jeff Banister, la tormenta es algo personal. Se crió en La Marque, en las afueras de Houston, jugó en el equipo de la Universidad de Houston y vivió durante años en League City, una población cercana.

«Se te rompe el corazón viendo los vídeos», admitió Banister. «Estamos rezando por la gente, pensando en ellos, en sus familias y en lo que están pasando».

Mientras en lanzador hispano de los Nacionales de Washington, Anthony Rendon, de 27 años, un nativo de Richmond, un suburbio de Houston, mostró también su apoyo a todas las víctimas de las inundaciones al llevar escrito el nombre y el logo de la ciudad de Texas en la parte de atrás de las zapatillas con las que salió al montículo el domingo.

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